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Blog Bitácora Véritas

Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

28
Feb
2010

Si Dios quiere...

2 comentarios

Lo que tiene no acceder a Internet siempre y en todo momento es que no se puede escribir el blog cuando uno quiere. Pero eso tiene la ventaja de que así se escribe de lo que uno recuerda como sorprendente o llamativo y no de lo que el momento parece que le urge a registrar. El otro día, en un vuelo, cuando el comandante hizo el comentario de rigor, ya saben, altura, velocidad de crucero, temperatura exterior (supongo que la referencia a los -50º del exterior será para dar una nota exótica o para impactar a los viajeros, porque, la verdad, utilidad no tienen ninguna…, pero, ¿ha de tener todo utilidad? Quizá baste con estremecerse con esos guarismos), dijo, más o menos textualmente, “llegaremos a nuestro destino, si Dios quiere, a las…” Y me hizo mucha gracia, pues lo que uno espera es que la información del piloto sea aséptica, fundada quizá en las leyes de la física y en la confianza en la técnica aeronáutica y en la solidez de los materiales. Y uno dirá: bah, es sólo un modo de hablar. Sí, claro que es un modo de hablar, pero no es sólo un modo de hablar. Perfectamente podría haber dicho “llegaremos a las dos” y el contenido informativo habría sido el mismo. Pero ahí es donde entra el matiz del modo de hablar. Si Dios quiere, Deo volente y cosas semejantes no tienen por qué indicar superstición o que uno sufra un trastorno obsesivo compulsivo. Casi siempre suelen dar a entender un profundo respeto por lo real y por lo que le da ser. Sí, si nada falla, si el avión vuela, si las leyes de la física no se suspenden, si el motor derecho no se incendia… en el fondo, si Dios quiere.  

 

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jose mª esteve,op
2 de marzo de 2010 a las 18:19

En otros tiempos se repetía,casi como un estrebillo,la frase " si Dios quiere".Quzá algunos la usaban tantas veces que hizo que perdiese su sentido,que dejase significar algo concreto.
Hoy en día resulta extraño escuchar a alguien que añada,al final de su discurso,la vieja frase.
Recordais el primer pecado capital? La soberbia.
Las personas sencillas,los de "pueblo" los que dejan caer la "la semilla" en otoño y esperan si Dios quiere que florezca en primavera,saben que será "LO QUE DIOS QUIERA"

entós susurrante
3 de marzo de 2010 a las 23:20

Ese ejercicio de recordar las cosas con un mínimo de reflexión y profundidad, al que te obliga la imposibilidad de acceder a internet en todo momento, como dices, es, efectivamente muy sano y creo que nos viene (o "vendría") muy bien a todos. No digamos lo bien que le parecería a Platón, quien nos incita a practicar la “anámnesis” (un recordar “hacia atrás del todo”) para comprender la Verdad; así que cualquier “mnesis”, cualquier esfuerzo por relatar algo recordándolo, es probable que nos permita (o, por lo menos, nos pone en disposición de ello) comprender la verdad de ese “algo”. En este caso, la aparentemente sencilla e inocente frase “si Dios quiere”, deja de ser rutinaria o de tener resonancias de “religiosismo” crédulo e ignorante, al revisarla “hacia atrás”, girando nuestro corazón (lo digo por la tantas veces citada etimología de la raíz cord- en latín -a propósito de la palabra “recordar”-) hacia el pasado, “observándola”. Al hacer este ejercicio netamente filosófico, el añadir esta condición de “si Dios quiere” a cualquier futurible, de algún modo muestra –estoy de acuerdo- ese reconocimiento y reverencia por lo transcendente, en un acto de humildad hacia algo que comprendemos que está “más allá” pero que “al mismo tiempo” es el fundamento de lo que existe.
Me imagino cómo pueden sonar estas palabras a quien las interpreta “saltándose” este ejercicio “recordatorio” imprescindible... ¿Cómo no va a ver en ellas la expresión del hombre subyugado por el miedo a un dios (lo escribo con minúscula porque, en este caso, es lo que corresponde gráficamente) que lo aliena y lo domina...? Pero, claro, es que damos de nuevo con la Cuestión Central de que si uno no ha re-visado (sí, con el corazón, o sea, re-cordado) la idea de Dios (¿o es que sólo hay filosofía si es la mente la que razona?), más vale que no añada a ninguna expresión lo de “si Dios quiere”, porque la suposición de que Dios es un ente del que depende todo sin ningún escrúpulo ni vinculación sobre el género humano planeará sombríamente en el mensaje, sugiriendo que el hombre está sometido al azar más absurdo. Es evidente que una concepción así de “lo divino” no ha prestado la menor atención honesta al mensaje cristiano, pero tampoco, ni de lejos, a los grandes filósofos griegos (podríamos quitar lo de “griegos”) que desde el principio trataron este asunto fundamental. Como muestra de ello, pongo a continuación uno de los fragmentos de Heráclito más elocuentes y representativos de todo un magno pensamiento filosófico: “Lo uno, único sabio, no quiere y quiere ser llamado con el nombre de Zeus”.

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