26
Oct
2006Oct
Significantes trascendentales
3 comentariosDemocracia, paz, solidaridad, alianza, diálogo, acuerdo, amor y cosas por el estilo son lo que algunos estudiosos llaman “significantes trascendentales”. Están más allá de las prácticas concretas, es decir, nadie dirá que su acción no es democrática (aunque sea tiránica y dictatorial) o que no busca la paz (aunque sea tirando bombas) o que no está movida por la solidaridad (aunque sea el cobro de comisiones ilegales) o que no es guiada por el amor (aunque sea acuchillar a la parienta). Ese término recuerda vagamente a los trascendentales medievales, que lo eran por estar más allá de las categorías. Pero los medievales no utilizaban falazmente los trascendentales, al contrario, ser, uno, algo, bello, bueno, verdadero pertenecían a todo ser por el hecho de ser, en mayor o menor medida. Los significantes trascendentales contemporáneos, al estar más allá de las prácticas concretas (y no de las categorías), se convierten en justificantes de acciones (sin que tengan que ver con éstas en modo alguno). ¿Por qué digo esto? Por una razón bien sencilla. Nunca pude entender por qué los políticos necesitan añadir que sus acciones son democráticas. Eso se da por supuesto, y cuando la excusa no se pide, la acusación es manifiesta, como reza el adagio latino. Y en el momento en que alguien trata de justificar sus acciones de manera no solicitada (“a pesar de lo que pueda parecer, soy un verdadero demócrata”) empiezo a sospechar –bueno, en realidad confirmo mis sospechas, pues últimamente mis precomprensiones del personal se rigen por la sospecha–. Me escribe una monja a la que su superiora la obliga a ejercer tareas que la hacen desgraciada, en virtud del “servicio”, la “obediencia”, “la disponibilidad”, la “donación”. Cuando no se convence con la palabra o con la vida, se acude a significantes trascendentales. No valen para nada, son hueso descarnado.