Jun
Sólo una posibilidad
7 comentariosMe estoy preparando anímicamente para la que se nos viene encima. ¿Qué opinan de la imposibilidad de escapar de algo totalmente contingente, pero que nos muestran como necesario? ¿Qué pensaría cualquiera si en todos los medios escritos, hablados, impresos y expresos se hablase casi en exclusiva, por ejemplo, de la música de lady gaga, de sus amoríos, de sus enfermedades y accidentes, de sus adicciones y pánicos? ¿Qué le parecería que, además, se inventase una jerga pseudo-rancia para hablar de algo cotidiano a lo que se quiere dar una pátina de cientificidad? Efectivamente, me estoy preparando para el mundial de fútbol. Es algo de lo que no se puede escapar. Si uno dice que no le interesa más que el fútbol que jugaba cuando era niño (y el que juega un par de veces al año, si se da la ocasión), le dicen que es un snob, un fingido, un pretendido intelectual…, es decir, es imposible decir, de manera desnuda, sin decir nada más que eso, que a uno simplemente no le interesa nada el mundial de fútbol. Vamos, sostener que los análisis de los diversos largueros, toques y demás programas radiofónicos se diferencian poco de los que narran las andanzas de la duquesa de Alba, es casi sacrílego (de nuevo pondrán a uno a los pies de los caballos). Tengo muy poco interés por el resultado Zambia-Holanda (no encuentro ni una sola razón, por pequeña que sea, para que tal cosa deba interesarme lo más mínimo). Y qué decir de la ocurrencia del publicista que haya sido (exitosa a fe mía) de llamar a la selección nacional “la roja”. Ciertamente, encaja con la época bobalicona en la que vivimos, de llamar a todos los famosos con nombres de dos letras, cosa que está bien para los niños, pero cuando uno va siendo añoso, la cosa no resulta afortunada. En fin, que me voy preparando para la imposibilidad de no enterarme de esto. Heidegger consideraba la muerte como la imposibilidad de toda posibilidad. Los días por venir son algo un poquito parecido: la imposibilidad de todo aquello que vaya más allá de una sola posibilidad. De verdad, lo digo de manera desnuda y sin ninguna pretensión de decir más que lo que digo: no me interesa lo más mínimo el mundial. Y comprendo que a quien esto lea no le interese lo que a mí no me interesa, pero, qué le voy a hacer, tenía que decirlo.