El otro día leí un mini reportaje de Saramago en El Mundo acerca de su última novela, “Caín”, que quizá me tenga que leer, obligado, pues hace tiempo leí “EL evangelio según Jesucristo” y me pareció terrible, perfectamente escribible por un adolescente malencarado con ciertas (sólo ciertas) dotes literarias. Ahora leo toda esta sarta de despropósitos acera de Dios, del AT, y de cosas por el estilo (no digo que no haya gente religiosa que piense así en Dios y en la Escritura, pues de todo hay en la viña del Señor y en cualquier otra viña) y me viene a la mente un libro que deMark Johnston, “Saving God: Religion after Idolatry” que estoy pendiente de leer (aún no lo tengo, pero el pedido está cursado), en el que, como se ve en el resumen de prensa, habla de las tendencias idolátricas de la religión misma (quizá las que tiene Saramago en mente) y de los "undergraduate atheists" (Dawkins, Hitchens… y creo que también habría que meter aquí a Saramago), es decir, aquellos que mantienen una imagen religiosa de primera comunión. Por supuesto que todos creímos alguna vez que Dios tenía barba y se cabreaba si no comiamos… cuando teníamos 5 años. También creímos que la Biblia admitía sólo una interpretación historicista y que el monstruo del Apocalipsis tendrá x cabezas con x cuernos en cada una, ni uno más ni uno menos. Y un día descubrimos que habríamos crecido, que cuando éramos niños pensábamos como niños, después ya no (como dijo el Apóstol en ese texto de 1Corintios 13 que ha quedado eclipsado por la belleza de lo que le rodea). Claro que todo el mundo puede y debe hablar sobre religión, lo que demuestra que a todos nos toca profundamente, de una manera o de otra… Pero a veces hay que aceptar, admitir, aunque sea de reojo, que hay otras opiniones que pueden ser más ilustradas que la nuestra (no precisamente la de Saramago o la deAntonioGala, que hoy también tiene picores y cree que la humanidad ha empezado a razonar con él).
de Sixto Castro Rodríguez, OP
Es doctor en filosofía y bachiller en teología, además de titulado en órgano. Trabaja como profesor de estética y teoría de las artes y de teodicea.