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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

21
Jul
2011

El ontológico

2 comentarios

Transcribía hace unos instantes la primera formulación del argumento ontológico que San Anselmo hace en el capítulo 2 del Proslogion para ese libro que está in fieri y a punto de terminarse, si Dios quiere y julio lo permite, y me ha asaltado, como una sombra, el pensamiento de la potencia de este argumento. No, no se trata de que pruebe o deje de probar. Innumerables pensadores de primerísima línea lo han aceptado e innumerables pensadores de exactamente el mismo nivel lo han rechazado (y no cabe esperar reconciliación final al respecto, lo cual nos da una cierta idea de los límites de la razón). De lo que se trata es de la difusión del mismo. San Anselmo lo elabora en el siglo XI, en su abadía, en el contexto de una oración, destinado a sus monjes. Y el argumento se extiende por toda Europa. ¿Qué tiene de raro? Nada..., en el siglo XXI, donde la última declaración de Belén Esteban llega a los pasillos de los centros de investigación en un par de segundos. En el siglo XI tuvo que haber calado bien profundamente para que comenzase su periplo por las universidades y fuese considerado en todos los grandes centros de estudio. A lo mejor va a resultar que en el medievo se estudiaban cosas que, en cierto modo, se imponían por sus propios méritos… Ni los pedagogos ni los políticos ni la tele decidían que se estudiaba en París y ni el Papa impedir el estudio del aristotelismo. Pruebe o no, vaya si da que pensar.

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Joaquín
22 de julio de 2011 a las 17:58

Quienes han impugnado el argumento de San Anselmo (Kant, pero también Santo Tomás de Aquino), lo hacen tratándolo como una demostración. Reflexionando sobre este argumento, he pensado que no es propiamente una demostración (como pueda serlo el argumento cosmológico, etc.), sino una mera mostración o explicación. La fuerza del argumento anselmiano es que su evidencia precede, viene antes del razonamiento argumentativo. Así, es muy indicativo que Santo Tomás lo rebata en el contexto de la cuestión de si "Dios es evidente". Desde este punto de vista, el argumento anselmiano es inatacable demostrativamente, sólo se le puede negar de plano (se cree en él o no).

Moises
22 de julio de 2011 a las 19:01

He pensado mucho sobre ese argumento, y estoy de acuerdo en que no es una demostracion. Da, no obstante, mucho, mucho que pensar... y quiza ese es su mayor logro. Es toda una joya del pensamiento, como un diamante elegantemente pulido, como esas orfebrerias que sorprenden por su belleza... No se si me explico.

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