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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

18
Sep
2006

Ratzinger palelogo

8 comentarios
Parece que los ánimos están exaltados, bueno, han sido exaltados (los ánimos nunca se exaltan solos) por la famosa cita del Papa que ha puesto de actualidad al emperador Manuel II Paleólogo. Hay que agradecerle a Benedicto que nos haya traído a la memoria a este personaje, casi olvidado por los que estudiamos historia de la Iglesia años ha. Pero la cantidad de paridas que se han soltado a costa de lo que ha dicho el Papa es descomunal, como la gente aquella a la que gritaba Don Quijote. Acepto que una personalidad debe cuidar lo que dice y que las palabras del Papa tienen mucho eco (¿siempre o según? Mmmm). Ahora bien, en una conferencia científica (no estaba hablando ex cathedra, que yo sepa, ni siquiera con intención doctrinal, que tampoco es cosa del otro mundo) hay que añadir citas o, como se dice modernamente, intertextos. A mí me aburren soberanamente las charlas que van derechitas como el expreso, sin una leve concesión al auditorio en forma de ejemplo, anécdota, broma o, si se quiere, sofisma, qué más da. Todos sabemos que esas cosas son las que dan vidilla a una charla (y cuántas conferencias no quedan en la memoria por el chascarrillo o el ejemplo, que nos lo pregunten a los docentes). Si el Papa hubiese citado El Mercader de Venecia de Shakespeare, ¿hubiesen alzado su voz los judíos, pidiéndole que se retractase? No, porque se hubieran puesto en evidencia, pues Shakespeare es “cultura”, pero Manuel Paleólogo sólo es “historia” y lo que hoy manda es la cultura (la historia que vaya más allá de unos años es "residuo"). ¿Que no ha sido políticamente correcto el Papa? Pues no, supongo, pero a mí eso me importa un rábano (es más, lo aplaudo y me harta y abomino de esa farsa), pues yo creo que cualquier persona en su sano juicio debe ser correcta y respetuosa, pero no según lo que dicten las modas políticas. Eso es pan para hoy y hambre para mañana, promesa de vergüenza futura (ya me lo dirán en 20 años, cuando nos digamos aquello de “qué bobadas hacíamos, ¿verdad?”). Y creo no ser sospechoso de papismo, pero vamos, es que la bobada mundial pasa de castaño oscuro. Quien no se siente irritado y ofendido parece que no es sujeto de derechos. ¿Acaso no tenemos problemas reales? Lean el discurso papal, léanse todos los textos sagrados (todos) y luego hablamos. La rapidez en el desdecirse nunca es buena consejera. Ah, cada vez me va gustando más Ratzinger. Nunca pensé que esto me fuera a pasar, pero así es.
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María Emilia Orendáin
18 de septiembre de 2006 a las 06:16

Definitivamente lo que sobra son opiniones y lo que falta son pensadores. ¿Los críticos de Ratzinger lo habrán leído alguna vez? Te encuentro en un pensamiento com-partido, yo voy admirándo cada día más a Ratzinger.

JMValderas
18 de septiembre de 2006 a las 10:49

Querido Sixto, tengo delante la versión italiana del discurso del Pontífice. No puedo disponer del original y la versión española que corre por la red dejja mucho que desear. Además, la italiana ("Fede, ragione e università. Ricordi e riflessioni) es la publicada por la Editrice Vaticana. La he leído más de una vez no por afán crítico, sino cum animo discendi. No comparto la idea, lanzada con benevolencia de áspid por El País de que éste es un papa intelectual sin finura diplomática igual que el anterior era un papa político. Una especie que ha hecho fortuna incluso en gente preparada de la Orden, que sugiere el recurso a ejemplos propios. La exposición de la verdad, incluida la histórica, no daña nada más que a quien busca excusas vanas para su fanatismo. ¿Por qué no se han fijado en lo que expone de Ibn Hazm? Por otro lado, algunos somos así de simplistas y no queremos distinguir entre Ratzinger y Woytila, sino que nos interesa lo que decía Juan Pablo II y dice Benedicto XVI. Y hay que ver la luz que ha arrojado ese discurso para las relaciones entre fe y razón, ciencia y fe.

Hernán de la Quintana
18 de septiembre de 2006 a las 11:14

Querido Sr. Valderas, compulsivo lector de El País (aunque nos pega más a algunos en El Mundo con eso de las tramas y la persecución a la que, al parecer está sometida la iglesia católica en España), la oportunidad de la cita utilizada por Benedicto Ratzinger es más que discutible. Otra cosa es lo dicho...eso es otra cosa, pero cuando eres quien eres tienes que tener cuidado con lo que dices y también con el cómo lo dices. Además, sabiendo cómo reacciona lo peor de la comunidad islámica (tengamos en el recuerdo las famosas caricaturas, Iraq, 11S, 11M, 7J...). No estaría mal, y eso lo convengo con el Rvdo. fr. Sixto que los generadores de opinión pública (aunque me cuesta denominarlos acertadamente) se leyeran todo lo que dice la iglesia, el papa y los obispos (éstos no tanto, en partícular los españoles: hablan de todo y no saben de casi nada. Esperemos que amaine el temporal. Saludos cordiales, (hernandelaquintanazaldivar@hotmail.com).

dialogante
18 de septiembre de 2006 a las 12:33

Un recuerdo en la oración para las dos víctimas,la monja italiana y su guardaespaldas que han pagado con su vida "los malos entendidos dialécticos". Y ahora podemos seguir discutiendo si "manca finezza" en el discurso de Ratzinguer, o de Benedicto XVI. El resultado son dos muertes derivadas de una lección magistral. Algo chirría, y necesita ajuste,en las palabras, en las funciones, en los lugares, en la emisión y recepción de mensajes. Oremos por un diálogo interreligioso que incluya fe , razón, y compasión... por parte de todos.

el marinero de los monegros
18 de septiembre de 2006 a las 16:00

El discurso del Papa en la Universidad de Ratisbona fue aplaudido durante más de diez minutos ininterrumpidos por 1.500 profesores e intelectuales de toda Alemania. ¿Quizás el Papa se atreve a decir lo que otros piensan pero temen decirlo en público?
De comparaciones. A Juan Pablo II le tocó apostar firmemente por el desvanecimiento del totalitarismo comunista. ¿Quizás a Benedicto XVI le tocará defender los valores profundos de la civilización occidental? Dos simples preguntas. O no quizás no tan simples.

Muller Gustav
18 de septiembre de 2006 a las 18:05

El Pontífice cita a Manuel II Paleólogo y algunos líderes musulmanes amenazan: "la guerra santa sigué, así que cuidadín con los cristianos". Pues eso, quod erat demostrandum. Estamos acostumbrando muy mal a los fanáticos y sensibleros. Últimamente parece que somos sus rehenes: si se opina tal, fulano se enfada; si se dice no sé qué, mengano quema iglesias. ¿Quiénes tienen que remitir, las opiniones, o los fanáticos? ¿Es que es lo mismo citar al Paleólogo que matar a una monja? Dice algún sabio de esos del Islam que no pasa nada por las declaraciones del Papa, pues según él en Occidente son muy pocos los que le hacen caso. Y lo dice como queriendo ofender.¡Pues tanto mejor! Prefiero eso que no que tengamos que hacer caso de lo que dice cualquier iluminao pingüe de petrodólares que se pone una toalla de esas en el coco. ¡¡Ya está bien de tanta bobada, caramba!! Que se quejen por que les bombardean, me parece normal. Pero que se quejen porque nosotros citamos a quien nos da la santa y real gana... ¡¡al cuerno, recórcholis!! (Lo que no excluye, claro, las necesarias dosis de prudencia.)

Makarioteros
18 de septiembre de 2006 a las 20:11

He leido entero el discurso/conerencia del Papa y no encuetro motivo de irritació por parte alguna. Esto dicho, es obvio que algunos srs. musulmanes aprovechan que el Tajo pasa por Toledo para montar alguna comedia. Esos seiscientos años de retraso en el inicio del computo de los años con el mundo cristiano, los sitúa en nuestra edad media, allí están y ahí quieren quedarse. ¿Qué tenemos que hacer los no "moros"? tal vez medievalizarnos también y volver a ser juguetes de aquel clero, ya superado, que por la gracia de Dios eran señores de horca y cuchillo. Podecer a nuestros obispos y curas como si fueran ayatolás.
No hagamos más caso de esa pandilla de primitivos que tienen que igualarse por crecer, no porque menguen los demás.
Otra cosa son las alharacas de nuestros políticos. Izquierdas unidas y psoes se quitan la palabra en sus boletines oficiales, lease SER, El País, o demás medios del sr. Polanco y ahora también en la Zptv, ese juguete nuevo de Pepiño, para tratar de enmierdar a la Iglesia. Son tan necios escupiendo hacia arriba que no se ocupan de cubrirse para que el salivazo no caiga en sus propios ojos.
Dejadlos gritar. Con los islamicos inteligentes, no hay problema; saben y entienden. Con los ignorantes, manipulados o manipuladores no hay solución; su necedad les impide ver y es inútil cualquier intento.
Les ha venido bien esta chorrada; ya tenían agotadas las caricaturas y ahora tienen tema nuevo para otra algarada.

Makarioteros
18 de septiembre de 2006 a las 20:14

Pido perdón por las faltas contenidas en el cometario. Es una pena tener los dedos tan torpes que aprieten dos teclas a la vez y se marquen las dos o ninguna. Espero que se entienda todo. En otro caso, tampoco es tan importante como para llorar.

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