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Jun2006Cosme y Heidegger
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Jun
de Sixto Castro Rodríguez, OP
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En el teatro da Comuna de Lisboa, se representa estos días, y durante un mes, la obra titulada “Me cago en Dios” escrita por un supuesto paladín de las libertades (supongo que de la suya, porque las del resto se las pasa por el arco del triunfo). La propaganda de la misma dice que esa obra se presenta “como una crítica a los mecanismos de culpa, a las ideas que sabotean la libertad y a las palabras comprometedoras”. Si yo no fuese un caballero, me pondría a la altura de este señor compositor de obra y compondría una pieza titulada algo así como “hago de cuerpo sobre el progenitor-B de este sustancia individual de naturaleza puede que racional que ha escrito esta sandez”. Pero claro, soy un caballero y nunca podré decirle eso. Vamos a ver. Si muchos consideramos que Dios es un padre, ¿por qué se permite que alguien se cague en él? Si alguien se cagase en mi padre físico, lo menos que puede esperar es, en el mejor de los casos, una querella y en el peor vaya usted a saber. No sé, no entiendo qué está pasando, cómo hay gentes que crecen al son del desprecio de lo que es importante para los demás.
Es más, parece que esa obra se representa a cargo de presupuestos del estado, de España, vamos. Y es que volvemos a lo de siempre. Ya los clásicos decían aquello de “quod Deus perdere vult, prius demendat”. Bueno, pues los dioses han sido cambiados por los imbéciles y la locura que aquellos enviaban por la descalificación y