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Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
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30
Mar
2012
Ah, los ultramontanos
4 comentarios

“Un obispo español en Perú carga contra Roma y el celibato”. Así titula un diario digital que nunca leo (no suelo leer prensa específicamente religiosa, culpa mía) algo que Monseñor Paco dijo el otro día en Madrid. El titular, sin más, es mentira. Así de sencillo. No “carga” contra nada, sino que mantiene un actitud crítica contra Roma, que es muy sana. Al menos, hasta donde yo sé, en el credo no decimos “creo en Roma”, sino “creo en la Iglesia” y hasta donde yo sé, la Iglesia es más que Roma. Y el celibato, pues tres cuartos de lo mismo. Pero no voy a repetir lo que dijo Paco, que lo dijo mucho mejor, con más conocimiento de causa y con más santidad de vida que aquellos que le quieren "desterrar" a la iglesia episcopaliana, en los comentarios ?que tampoco suelo leer, y esto ya en ningún medio de comunicación digital, salvo que vengan firmados?. Me llama la atención el ultramontanismo de una parte de los católicos, que, a mi modo de ver, confunden Roma, “sus” obispos (y no el magisterio, que no se identifican así sin más) y otra serie de cosas con catolicismo. Ese movimiento viene de lejos, y se radicaliza en épocas de crisis (si se pudiese medir nos daría una cierta medida del temor eclesial). Ya los frailes se opusieron a Juan XXII, papa, en cuestiones teológicas allá por el siglo XIV. Y de aquella les iba la vida en ello. Por suerte, el cristianismo tiene sus propios mecanismos de control internos, y la crítica de lo religioso forma parte de la misma religión. Y eso es bien sano, y más cuando viene de un obispo, y más todavía, si viene de Paco.

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18
Mar
2012
Contratiempos
2 comentarios

Un buen amigo mío, a quien conozco desde hace ya muchos años, se vio envuelto en uno de esos contratiempos cotidianos, tan cotidianos que suceden ?me atrevo a asegurar? por miles cada día, pero que, mientras no nos toca, no los computamos. Un desvío de vuelo. A mayores, en una compañía de bajo coste, que, según parece, no se desvía al aeropuerto más cercano, sino a otro aeropuerto con el que, al parecer, tiene contrato, convenio o algo por el estilo. La cosa es que volaba a Santander para desde allí desplazarse a Gijón, donde tenía que dar un concierto. Pero la niebla impidió el aterrizaje, de modo que acabó aterrizando en Pucela, a más de tres horas de su destino primero. La compañía ponía autobuses, pero con el retraso, le dejan a uno en Santander de madrugada, sin posibilidad de moverse de allá. Así que su mujer, desde Alemania, me pilló en Internet, me dijo dónde estaba, me dio su móvil y acabó pasando la noche en el convento. Hacía unos 6 o 7 años que no nos veíamos. Y él estaba y estuvo encantado de la incidencia. Le alegraba mucho más estar en Valladolid, de cháchara conmigo que viajando hacia su destino. Y la verdad es que, en conjunto, fue una suerte que acabase aquí.
No siempre salen las cosas como uno espera. A muchos de los viajeros, el cambio de rumbo les descolocó por completo, sin duda, y les hizo pasar un mal rato. Tengo entendido que en ese mismo avión viajaba el Manchester United (será por la crisis), que seguro que pueden achacar a ese sobreesfuerzo el haber perdido no sé qué partido acá. Pero mi amigo conoce gente por todo el mundo. Estoy seguro de que casi en cualquier parte a la que se hubiese desviado el avión hubiese tenido sitio para pasar la noche. ¿Cómo es eso? Simplemente porque habla con todo el mundo que quiere hablar con él dondequiera que viaje. Y habla bien de todo el mundo. Participa constantemente en festivales y siempre dice que todos aquellos con los que comparte escenario o consola son mejores que él. No es falsa modestia. Es, ciertamente, carencia total de vanidad. Atesorad tesoros en el cielo es parte de lo que significa haced cuantos amigos que se sientan orgullosos de serlo. Y así, un contratiempo se convierte en una suerte.
 

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8
Mar
2012
La posada del silencio
5 comentarios

Llevo queriendo escribir esto muchísimo tiempo. No es más que un homenaje agradecido (creo que) a Juan A. Mateos por el impagable trabajo que gratis et amore hace con su envío diario de “La posada del silencio”. Se trata de un correo elaborado por y dirigido a los antiguos alumnos de la escuela de teología de san Esteban de Salamanca, que llega cada día, puntualmente, a nuestros buzones y que es una de esas cosas que, como la comida en la mesa, el jabón en el baño y la gasolina en el coche, se dan por sentadas y sólo si faltan uno se da cuenta de que lo cotidiano supone tanto esfuerzo por parte de tantos… “La posada”, además de una agenda de eventos de interés, recoge toda (o mucha de) la información que interesa a los dominicos de lo que hacen los dominicos, de lo que se hace en otras familiar religiosas, en la Iglesia, de los temas que nos interesan, sean religiosos, culturales, económicos, políticos… con sus enlaces correspondientes. Un auténtico lujo, vamos, de esos que los presidentes tienen sobre su mesa porque se los prepara su equipo de prensa. Para mí es de lo mejor que entra en la bandeja de correo y siempre tengo esa duda: ¿lo hará Juan A. Mateos todo él solo? (De ahí el “creo que” de antes). Y como, además, entre las informaciones y enlaces que recoge incluye este blog, resulta que lo que cuento se convierte ello mismo objeto de lo contado, dando lugar a una escritura de esas tan borgianas. En todo caso, además de expresar mi agradecimiento por ese trabajo cotidiano, silencioso y cariñoso, y dado que soy de los que aún piensan que el bien tiene que difundirse, por naturaleza y por necesidad (si cabe hablar así), si desde aquí puedo hacer que sea algo más conocido estaré contribuyendo a propagar ese bien para todo aquel que tenga la suerte de recibirlo cotidianamente.

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5
Mar
2012
Que no te descubran
1 comentarios

Una de las noticias, por extraordinaria, de la que se hacían eco los medios el otro día fue la de un anónimo donante que fue depositando sobres con cientos de euros en diversas parroquias, orfanatos, comedores sociales y otra serie de lugares donde había una necesidad imperiosa. Ciertamente, quien lo haya hecho puede considerarse un ángel. Ahora bien, la pregunta no es por qué esto es noticia (y la respuesta, seguramente, tendrá que ver con su carácter extraordinario), sino si podría no haberlo sido. Cabe suponer que el donante anónimo no tenía el menor interés en que se supiese (acaso sí, para que el ejemplo tuviese un efecto multiplicador), por aquello de que una mano no sepa lo que hace la otra. Pero vivimos en un mundo donde eso es poco menos que imposible. A uno de los grandes teóricos del arte contemporáneos le preguntaron en cierta ocasión si había alguna cosa que no pudiese ser arte. Esa es la pregunta hoy, no tanto qué hace que algo sea arte. Lo variopinto de lo que recubre ese término, donde cabe todo, lo más y lo menos, da que pensar que, por mucho que uno se empeñe, parece casi imposible que algo no pueda ser arte. Lo mismo con la noticia. ¿Hay algún modo de hacer algo bueno que no sea noticia? Hay tanto bien que se hace que no es noticia que me da a mí que el anónimo benefactor alemán hubiera querido ser uno de esos bienhechores de cada día. Ojalá no le descubran.

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3
Mar
2012
Qué dependientes
1 comentarios

No hay día en el que no aparezcan noticias dignas de comentar… y otras que seguramente lo merecen en algún mundo posible, pero me parece que algunos de nosotros ni siquiera aparecemos en ese mundo, así que, y dado que “ars longa, vita brevis”, no queda más remedio que ir haciendo elecciones de lo que se lee, se escucha, se estudia y hasta de lo que se pasea… Pero hay algo que comparten muchas de las noticias de estos días: los supuestos ocultos, por así decir. Cuando uno expone en clase una tesis, sólida, sensata y muy defendible, en seguida tiene que hacer conscientes a los que acaban de ser convencidos, de las hipótesis ocultas (sin que esto tenga connotación moral alguna, más de la que lo tiene el “secreto” del archivo vaticano) que necesariamente hay que aceptar para que la tesis triunfe. Eso pasa en los debates científicos, filosóficos, políticos, religiosos, etc. Y cuando uno se da cuenta de todas esas hipótesis ocultas que van con la tesis que parecía triunfante, entonces sí puede adueñarse de la misma. Obviamente nadie puede justificar por completo todo el sistema en el que se insertan sus afirmaciones y, en gran medida, depende de una justificación comunitaria, sea, de nuevo, en filosofía, en religión o en ciencia, es decir, en cualquier actividad humana. Con esto no quiero decir que las justificaciones sean iguales ni que sigan el mismo método, nada más lejos, puesto que los métodos son, en parte, lo que constituye las distintas disciplinas o modos de relacionarse con lo real. Y que dependamos tanto unos de otros hasta en lo que nos parece más evidente ayuda a pensar en qué consiste ser humano.

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26
Feb
2012
Sí, el debate
2 comentarios

Efectivamente, llevaba dándole vueltas al debate ese de Oxford y también he tenido la impresión que el profesor Valderas relata en el comentario que ha hecho en la entrada anterior. Hay un cierto intento, sin base histórica, de convertir la polémica darwinista en una polémica fe-ciencia (en paralelismo con el caso Galileo), como presenta el acento de El País de hoy. No fue así. No lo fue en el caso de Huxley y el obispo Wileforce, que, según nos cuentan fuentes autorizadas, fue un debate bastante cordial y sin mención a los progenitores, en absoluto. Esas referencias proceden de una serie de panfletos posteriores que, en efecto, sí establecen una guerra entre religión y ciencia. En fin, no voy a contar nada que no se pueda ver con mucho mayor detalle y precisión en una obra de Allister McGrath, “Darwinism and the divine”, que recoge todas las razones por las que el darwinismo supone la puntilla de un tipo de teología natural, pero sólo eso. Si hasta Newman recibió con sumo agrado las propuestas de Darwin… y hasta algún biólogo de Harvard las rechazó. Obviamente, nada más lejos de la realidad que esa propuesta que hace el rotativo aludido de que contemporáneamente la religión se ha visto "obligada" a aceptar la evolución como el mecanismo por el que Dios actúa. Si en contemporáneamente incluimos el siglo XIII, ah, entonces sí, porque ya el Aquinate sostiene que el azar enta dentro de las causas segundas de las que Dios se sirve. Y, por último, en Oxford se hubiera podido montar un debate bastante más potente: hay grandes filósofos ?y aquí incluyo a teólogos, matemáticos, etc.? que hubiesen dado menos espectáculo, pero más argumentos… pero esos no caben en 140 caracteres.

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23
Feb
2012
La ceniza
3 comentarios

Seguramente quien no se deje caer demasiado por las iglesias no se habrá percatado de la cantidad enorme de gente que va a ponerse la ceniza el miércoles de autos. Sin duda, es una de las fechas señaladas del calendario litúrgico. Y dentro de la liturgia, es mucha más la gente que va a recibir la ceniza, con el “conviértete y cree en el evangelio” o el “polvo eres…,” que algunos usarán, imagino, que la que va luego a comulgar. Ambos hechos tienen, creo, un profundo significado y tienen que ver, seguramente, con la conciencia que todos tenemos de que, queramos o no, acabamos por hacer cosas mal que siempre perjudican a alguien. Algún filósofo sostenía que el éxito de la religión judeo-cristiana consistió en introducir ese sentido de culpa y manejarlo a su antojo. Dudo que ese sea un “mérito” de la religión cristiana, porque la “culpa” (aun cuando con otro nombre) es uno de esos símbolos a los que Ricoeur aludía en su magna obra “Finitud y culpabilidad”, con el que tratan también las artes, la filosofía…, lo cual es decir, en pocas palabras, todo aquel que piensa. Contemporáneamente muchos pensadores asignan a la obra de arte la tarea de recordarnos que “debemos cambiar nuestra vida”. Luego la conciencia de que algo no va (o puede no ir) por donde debiera (y tómese este debiera con todas las salvedades, y en el sentido más general que se quiera) forma parte de la condición humana. Y el miércoles de ceniza sale a la calle, entra en el templo y, seguramente, pide sabiduría para comprenderla y valor para cambiarla. Y es, sin duda, un momento fundamental en el año… porque somos así.

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19
Feb
2012
Para los mariólogos
3 comentarios

Hace un par de días llego a mis manos un libro sobre unas apariciones marianas, y lo estuve hojeando, por curiosidad, sobre todo porque en cuanto uno ve algo relativo a misterio o secreto, parece que se ve llevado. Lo que me llamó la atención es el tono apocalíptico de las supuestas revelaciones marianas (y digo supuestas en el sentido más ortodoxo, ya que aquí incluso las declaraciones oficiales de la Iglesia dicen lo que dicen). La tradición de la Salve en la Orden, que se remonta, según nos dicen las crónicas, a 1225, nos ha hecho acostumbrarnos a ese rezo en el que no hay apocalipsis, ni sustos ni malos augurios. Y podemos seguir buscando antífonas, desde el Stella Maris al Regina Coeli. No aparece por ningún lado la imagen de María como transmisora de mensajes terribles, condenatorios… Las “Vidas”, de Gerardo de Frachet narran todas aquellas historias en las que la Virgen siempre interviene a favor de los frailes. Supongo que los mariólogos tendrán alguna respuesta acerca de en qué momento se produce ese giro tan radical en la concepción de María, que pasa de ser mediadora, intercesora y cosas que encajan bastante bien con la idea de Madre de Dios, a una cosa que bien poco tiene que ver con eso, y mucho con un esquema religioso arcaico. Desde el sueño de Santo Domingo, en el que veía a los dominicos bajo el manto de la Virgen, a estas visiones en las que la misma Virgen no hace sino prevenir de castigos que parecen, por otra parte inevitables, algo ha cambiado de modo muy radical. Habrá que pensarlo con cuidado, pero yo me quedo con Santo Domingo cantando el Ave Maris Stella, qué le voy a hacer.

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12
Feb
2012
Piros, machiguengas...
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Estos días he seguido con una cierta atención el “descubrimiento” de tribus no contactadas en esas zonas de Perú. Lo que más me llama la atención es que no me llama la atención, porque lo escucho con una cierta regularidad. Mashcos, piros, machiguengas son pueblos que habitan el vicariato de Puerto Maldonado, es decir, tanto Paco, obispo del mismo, como el resto de los frailes que lo habitan, nos dan puntual información sobre lo que sucede allá (sin olvidar a las dominicas del Rosario). De zonas remotas (al menos si por remotas se entiende accesibles sólo en avioneta, después de varias horas de vuelo o en lancha, después de varios días de algo que debe asemejarse a una singladura de un galeón ultramarino) nos dan detalles otros frailes, como David. Han saltado a la luz pública los nombres de estas comunidades nativas (y me temo que por poco tiempo), pero eso no los ha vuelto populares. Quienes viven con ellos saben de las injusticias de la selva, cuya riqueza, en este caso, parece más desgracia que gracia (qué fácil es convertir la gracia en condena). Y muchos las hemos escuchado desde que en la Virgen del Camino nos las contaban los misioneros que se dejaban caer por allá, seguramente sin que los críos entendiésemos demasiado lo que se cocía allá, m´lá del elemento exótico (fuimos unos privilegiados en formación antropológica, de eso no hay la menor duda).

Sin duda esta noticia arroja algo de luz sobre ese mundo, pero no sé por qué me da que pasados los ecos de los no contactados, los frailes del vicariato van a tener que seguir contando con la ayuda que muchos anónimos contribuyentes les hacen llegar. Ojalá llegue el día en que no la necesiten, pero de momento…

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2
Feb
2012
De hominum natura
1 comentarios

Estos días se habla mucho de un libro sobre sexo, que defiende, entre otras cosas (parece ser ,según lo que cuentan y escriben, porque no lo he leído), que somos infieles por naturaleza. Ayer escuchaba por la radio al autor y, en efecto, hay una aproximación que mezcla lo etológico y lo antropológico para concluir sus tesis, que es probable que en el libro estén más desarrolladas de lo que parecía en el diálogo y aparece en la prensa, ya que hasta donde yo sé del tema, que tampoco es demasiado, todo eso viene de lejos. Pero no es la fidelidad o infidelidad lo que me interesa (otro tema que en manos de los terapeutas dará bastante de sí, a saber, dónde están los límites, si varían o no, pero ese es otro cantar bien complicado). Lo que me llama la atención es la soltura con que se habla de naturaleza humana (otra vez). Hace pocas décadas nadie que rondase por un departamento de filosofía dudaba de que no existía una cosa tal. El ser humano tenía historia, cultura, dependía del lenguaje, de estructuras inconscientes, sociales, de fuerzas de producción o de manos invisibles, pero, al igual que el yo había desaparecido, como lágrimas en la lluvia (Blade Runner-Foucault), la naturaleza humana era como las brujas, que ya no existían porque nadie creía en ellas. Pues las brujas y los brujos copan los canales de radio y televisión y la naturaleza humana parece haber vuelto para quedarse (al menos un rato). Ahora bien, llevamos una buen número de siglos discutiendo sobre qué es o en qué consiste y en los años presentes la discusión es bien enconada. Hay, pues, que tomar con mucho cuidado todas las afirmaciones que se hacen radicadas en la “naturaleza humana”, que vaya si existe, pero no se deja someter a fórmulas algorítmicas intemporales.

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