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Jun2010El retorno del sujeto
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Jun
En esta entrevista a Touraine que hoy publica El País, éste clama (como por encima, es cierto, por eso me encantaría verlo desarrollado) por el retorno de la noción de sujeto. Parece que la polémica acerca del fin o de la muerte del sujeto es una cuestión escolar, que discutimos en los departamentos de filosofía al lado de los teólogos que se preguntan por la muerte de Dios y los literatos que se deleitan en la muerte del autor. Nada más lejos de la realidad. Todos esos discursos, aunque parezcan abstrusos y alejados, son sólo un reflejo de las ideas que corren por la sociedad o, mejor dicho, de cómo la gente vive en la sociedad: no como si Dios no existiera, sino con la conciencia de que ni siquiera hay que preguntarse por su existencia; no como si no hubiese sujetos, sino con la convicción de qué, vaya, las crisis las provocan “movimientos” económicos, somos incapaces de decidir y discernir entre el bien y el mal, nuestras acciones están predeterminadas neuronalmente… es decir, somos masa informe, aparentemente informada, pero en realidad sin nada que hacer en el mundo de la desinformación por sobreinformación (perdón por este lío palabresco). El único que parece que se ríe de estas muertes es el autor, que reclama sus derechos a tiempo y a destiempo, haciendo viejos a Foucault y Barthes, que no pudieron equivocarse más en sus predicciones (si bien es más lo que decían que sólo la desaparición autorial). En fin, que parece que vuelve el sujeto (yo, tú, Juan, María) para que, como asegura Touraine, puedan realizarse los ideales de la Ilustración y, por qué no, los ideales del cristianismo, porque, como rezaba una pintada del 68 en la Sorbona de París, “las estructuras no bajan a la calle” (la cual provocó sesudas reacciones de varios estructuralistas). Y Dios. Creo que está a la espera.