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Blog Bitácora Véritas

Sixto Castro Rodríguez, OP

de Sixto Castro Rodríguez, OP
Sobre el autor

19
Jun
2011
Monjas a la carrera
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Ayer leía, en un libro de teología filosófica, un artículo sobre la Trinidad. Todo él estaba lleno de x es y si y sólo si necesariamente existe un z que… Y me recordó la película “Monjas a la carrera”, en la que dos malhechores se refugian en un convento y así, se integran tanto, que un día a uno le toca explicar la Trinidad en clase. El otro, que es católico, le explica la cosa usando el símil del trébol, tan caro a los irlandeses gracias a San Patricio. Obviamente, el otro se lía en clase de manera bien cómica. Lo simpático de la película, entre otras cosas, es que el que lo explica apunta al carácter de “misterio”: ¿tú lo entiendes?, le dice el otro. Claro que no: nadie lo entiende. Tienes que creerlo. Por eso es una religión. Seguramente eso se podría aplicar a la mecánica cuántica, o al menos eso se deriva de lo que cuentan los grandes padres y estudiosos de la disciplina, no los divulgadores, que tienen una claridad meridiana al respecto. No, la religión tiene algo más y la Trinidad configura la vida, a diferencia de los quarks y de la ecuación de Schrödinger. A todas horas. En todas las oraciones. En todos los ritos. Tiene tanto de misterio porque, sea lo que sea Dios en sí, seguro que no es algo que podamos agarrar categorialmente. Si comprehendis non est Deus, decía San Agustín. ¿Es eso una dejación de la razón, una entrega irracional a la irracionalidad? En absoluto, en absoluto. A mi entender, es una apertura de la razón y de la humanidad a espacios en los que se vive de manera no posesiva. ¿Tiene sentido? Seguramente pensar que Dios y el mundo no suman 2 tiene sentido.

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15
Jun
2011
El imperativo
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Hoy viene un terrible artículo en el NYTimes sobre la contaminación en ciertas partes de China. Ese hecho no es sorprendente, es más, es esperable, teniendo en cuenta que lo que más conocen los viajeros y de lo que más cuentan es de Pekín, y dicen que es una ciudad inhabitable, con una contaminación que literalmente no deja ver el cielo. Lo que choca y conmueve es el testimonio del padre de una criatura cuyo cerebro ha quedado irreversiblemente dañado por la absorción de plomo, y que dice: “queríamos que esta niña lo tuviese todo. Por eso trabajamos tan duro. Por eso nos envenenamos en esta fábrica. Ahora resulta que la niña también está envenenada. No tengo palabras para describir cómo me siento”. Mal sobre mal parece. Poco consuela conocer todas las causas, por muy felices que eso nos haga. Seguramente, la idea de dejar un hogar medianamente saludable para las generaciones futuras sea un imperativo moral. Pero eso suena raro. ¿Cómo conjugar un imperativo moral con todo lo demás? A la fuerza ahorcan, dicen. Y el imperativo acabará entrando por la ventana.

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13
Jun
2011
Sangre de Cristo, protégenos (Lord have mercy)
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Hay un gran intelectual que vive en mi casa (él no sabe lo primero, aunque supongo que se habrá dado cuenta de lo segundo) que, cuando algo le sorprende, exclama algo así como “sangre de Cristo, protégenos”. Un fraile de la isla caribeña de Granada, cuando se troncha de risa por algo que, como buen chiste, ocurrencia, ingenio o ironía, pilla al oyente por sorpresa, dice a voz en grito: “Lord, have mercy”. Un extraterrestre que apareciese por el convento no sería capaz de distinguir entre la recreación y la misa o las vísperas. “¿Lord have mercy” cuando me desternillo? Es lo que tienen las interjecciones, un poder enorme. Wittgenstein afirmaba que todo lo que decimos ante una obra de arte que nos gusta equivale a una interjección. El rollo que suelta el entendido de gafas redondas y bufanda larga, si acaso con perilla o con las gafas colgando sobre los pechos, ante una escultura que le gusta equivale a una interjección (mejor haría diciendo ¡ah!). Pero la interjección que se elija, y aquí vamos un paso más allá de nuestro amigo de Cambridge, es más que el mero acto ilocutivo o expresivo. Tiene sentido dentro de una forma de vida el que se diga “Lord have mercy” o “sangre de Cristo protégenos” cuando uno se ríe. Y el extraterrestre que llega al convento, pensará que los que se han confundido son los que viven en él.

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12
Jun
2011
Dominicos en RD
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Estoy bien enzarzado con cuestiones de fe y razón, escribiendo sobre ellas. Yo tengo la cuestión más o menos resuelta, al menos con comprensión suficiente para pasar el año, pero escribirla supone poner sobre el papel no tanto el proceso que a uno le ha llevado a concluir algo cuanto el itinerario de razones que pueden servir para cualquier otro, no sé si tanto para convencer, cuanto para debatir. Pues bien, de repente me llega el regalo, no sé si la respuesta a mis plegarias o qué, del documental de Pueblo de Dios de Dios sobre los frailes en Santo Domingo, en la República Dominicana (¿es mucho decir que este programa es de lo mejor que hay en la tele?)
En el mundo rico, los términos preferidos son tolerancia y derecho. A veces pienso que el que tolera permite (ese es el origen de la idea, en las guerras de religión) y eso genera un derecho a vivir como uno desee, lo cual es justo y necesario. Tolerar, no obstante, conmoverse y mucho menos, me temo, aceptar que el de enfrente puede tener razón o necesidad. En el mundo pobre y “mediopensionista”, los términos son misericordia y deber. El misericordioso no se pone en un lugar especial, sino en el suyo y en el del otro, que podrían ser el mismo, y así no juzga ni permite, sino que hace, de ahí su deber. Mejor que Eduardo, en el documental, no lo voy a decir: hay tantas cosas que hacen que a uno se le caiga el alma a los pies, que parece que no hay nada que hacer, y sin embargo, se hacen, porque se deben hacer, seguramente no por un imperativo categórico, sino por el deber que impone la caridad (recuperemos el término). ¿Cómo se hace eso? Abrazos, unciones, becas, salud, escuchas, unos pesos que ayudan a pasar el día. No sé, cada cual se las ingenia para ser sabio en la situación específica. Y bien que lo hacen los frailes del Caribe.
 

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10
Jun
2011
Confórtame
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Paso una tarde, pasó una mañana… y ya en el sexto año, cercanos a Pentecostés. Recuerdo a nuestro profesor de Trinidad que, como buen Trinitario que era, nunca dejaba la ocasión de nombrar a las tres personas. Nunca hablaba del Padre solo, sino que se las ingeniaba para meter en la frase a las otras dos Personas y lo mismo hacía con el Hijo (que con el Padre y el Espíritu…) y el Espíritu (que con el Padre y el Hijo…). Nunca sólo uno. Los tres. Desde el medieval Joaquín de Fiore parece que vivimos en la edad del Espíritu, y no sé si nos habíamos enterado. Salvo en algunos movimientos religiosos que se acogen claramente a su Persona, y que curiosamente son los que más crecen en el mundo cristiano (pentecostalismo, por ejemplo), parece que la idea del Espíritu Paráclito (palabra que difícilmente reconocen ya muchos cristianos de a pie. “Parásito”, decía una señora en un pueblo de Burgos al rezar una oración de desagravio, justo cuando otro fraile y yo entrábamos a ver la Iglesia), defensor, consolador, confortador está olvidada en esta época de depresiones, pérdidas, despistes existenciales y su presencia "desaprovechada". La letanía de Robert Herrick, musicalizada por Peter Hurford, lo dice todo (incluyendo una graciosa crítica a los médicos). Por si sirve para Pentecostés….

In the hour of my distress,
When temptations me oppress,
And when I my sins confess,
Sweet Spirit, comfort me!

When I lie within my bed,
Sick in heart, and sick in head,
And with doubts discomforted,
Sweet Spirit, comfort me!

When the house doth sigh and weep,
And the world is drown'd in sleep,
Yet mine eyes the watch do keep,
Sweet Spirit, comfort me!

When the artless doctor sees
No one hope, but of his fees,
And his skill runs on the lees,
Sweet Spirit, comfort me!

When his potion and his pill,
Has, or none, or little skill,
Meet for nothing but to kill,
Sweet Spirit, comfort me!

When the passing-bell doth toll,
And the furies in a shoal
Come to fright a parting soul,
Sweet Spirit, comfort me!

When the tapers now burn blue,
And the comforters are few,
And that number more than true,
Sweet Spirit, comfort me!

When the priest his last hath pray'd,
And I nod to what is said,
'Cause my speech is now decay'd,
Sweet Spirit, comfort me!

When, God knows, I'm tost about
Either with despair, or doubt;
Yet, before the glass be out,
Sweet Spirit, comfort me!

When the tempter me pursu'th
With the sins of all my youth,
And half damns me with untruth,
Sweet Spirit, comfort me!

When the flames and hellish cries
Fright mine ears, and fright mine eyes,
And all terrors me surprise,
Sweet Spirit, comfort me!

When the Judgment is reveal'd,
And that open'd which was seal'd;
When to Thee I have appeal'd,
Sweet Spirit, comfort me!


 

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8
Jun
2011
5 años, que no son nada
13 comentarios

El otro día, Paco Faragó que me recordaba que llevo 5 años escribiendo cosas, por iniciativa suya, todo hay que decirlo. Recuerdo que veníamos varios frailes de Madrid y habíamos parado a echar gasolina, tomar un café y demás lavatorios y me llamó Paco para proponerme la cosa. Yo ni sabía qué era un blog (por suerte, sigo sin saberlo, porque si no tendría que hacer lo que se supone que se hace en un blog), pero bueno, qué le vamos a hacer, supongo que le diría. Y así, a lo tonto, 5 años paseando por acá. Por supuesto que en esos 5 años a uno le sale barba y se le rompen las gafas, aunque creo que la foto que luce por ahí ya era vieja (o joven en apariencia) el mismo día que alguien la colgó.
Un par de veces creo que me he leído y con la distancia algunas de las cosas que escribí en su momento incluso me parecieron sensatas, pero un blog es un blog (aunque con esta tautología no quiera decir, insisto, que sepa qué es, sino más bien lo que no es) y no hay que esperar grandes tratados ni opiniones para guiar la vida. Sólo cosas, reflexiones intempestivas de una noche insomne o resultado de una lectura inesperada. A ver qué se me va ocurriendo para los próximos cinco años, que, pasar, pasan pronto.
 

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6
Jun
2011
Bruno MO
4 comentarios

Hoy ha pasado Bruno Cadoré por acá, con su delicadeza y sonrisa características. Hemos hablado de los españoles (el español, por ser preciso) que ha desembarcado recientemente en la Curia, de sus compromisos magisteriales, de sus 9 meses de cargo (ya le va quedando menos) y de cosas varias. Varios de sus asistentes están a punto de terminar y bromea haciendo nominaciones. La verdad es que nos hemos reído un rato a costa de los posibles quién para qué (no me imagino esta conversación en otras familias religiosas). Así, sin más circunstancia especial que una visita fraterna y una comida informal, bajo el mismo techo el actual MO y el exMO Timothy, de modo inopinado, sin más zarandajas ni festejos, salvo el que forma parte de la refección cotidiana. Y como nos han sacado una foto inopinada… escribo esto para acompañarla. 

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2
Jun
2011
Más millonarios
2 comentarios

Según el WSJ, que no es sospechoso de meterse con los millonarios, el 0.9% de las personas controlan el 39% de la riqueza (hace un par de años era el 37%). “The winner takes it all!”, nos dice al articulista. Hay más millonarios en EE.UU que en China, pero eso no significa que tengan más dinero sino, que paradójicamente, su riqueza está más repartida, es decir, que los millonarios chinos son menos, pero los que lo son se salen por la tangente. Si pensamos que ese reparto es inhumano, nuestro discurso se apoyará en una serie de argumentos que podríamos llamar variables ocultas, no por misteriosas, sino porque son las que dan sustento a nuestra creencia: todo el mundo tiene derecho a x, y, z. Luego si la riqueza de unos le impide disfrutar de esos derechos, hay injusticia palmaria y manifiesta (¡y en qué magnitud!). Pero el discurso del ganador también se apoya en variables, que constituyen un determinado sistema de reparto que hace que un cantante, por poner un ejemplo, gane en un concierto lo que un albañil en dos años. Al final, el juego es un juego de valores, de variables ocultas. Una civilización es una jerarquía axiológica, que conviene revisar de vez en cuando.

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1
Jun
2011
Sonrisas
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Todo el mundo sabe que la vida con una sonrisa (propia y ajena) es infinitamente mejor. Por eso, todos los datos científicos que lo confirman sólo hacen eso, confirmar lo que ya sabíamos. Sonreír al encontrarse con alguien, en el trato cotidiano, detrás de la ventanilla de hacienda o cuando alguien viene a revisar su examen no sólo  lubrica las relaciones cotidianas, que también, sino que las constituye como relaciones y no como cargas. Schopenhauer citaba la fábula de los puercoespines, que para él es lo que somos, siempre a una distancia de seguridad para no pincharnos. Pero la sonrisa le desmiente. Los niños sonríen todo el tiempo, seguramente porque no se han dejado engañar por la fábula de que las cosas son así. Las cosas son como queramos que sean, e ir por la vida sonriendo es siempre mejor. Si alguno necesitaba que la ciencia le diese garantías de lo que ya sabía, aquí tiene este vídeo espléndido, que quizá le anime. Pero yo ya lo sabía de antes

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25
May
2011
Singer
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Hace uno días tuve la suerte de asistir a una conferencia de Peter Singer, un filósofo bastante famoso tanto por sus obras como por sus ideas. Muchas son muy radicales, por no decir un tanto descabelladas (algunas de ellas muy descabelladas). Pero en fin, una de sus tesis más famosas tiene que ver con la pobreza global, es decir, con lo fácil (y obligatorio) que sería aliviar, si no acabar con, la pobreza global dando parte de nuestros ingresos, concretamente un 10%. En su charla utilizó algunos de sus ejemplos más conocidos para acabar, después de muchas vueltas, pidiendo el diezmo, de forma razonable (con lo que vemos que, a veces, y desde caminos bien distintos, vivir es ver volver) Está claro que pueden sostener muchas posturas con diversas razones, todas ellas racionales, valga la expresión. El que dice que lo que ha ganado es suyo, razón tiene. El que dice que es de seres humanos ayudar al necesitado, razón tiene; el que afirma que nadie debe tener tanto que pueda comprar a otro hombre ni tan poco que tenga que venderse (Rousseau) está en lo cierto, y así sucesivamente. Cada uno, en ese mercado moral (expresión que le oí el otro día a un filósofo de Minneapolis) tendrá que optar de acuerdo con su conciencia. Lo que más me llamó la atención de Peter Singer fue su humildad al exponer su postura, su aceptación de las críticas y su convicción de que las cosas pueden cambiar. No hay por qué comulgar con todo. A veces, la chispa de lo correcto (a mi entender) aparece de súbito y, venga de donde viniere, ab Spiritu Sancto est, que decía el Aquinate

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